Montjuich

MONTJUICH
El espacio de Montjuich aparece en la novela durante el encuentro de Gerardo y Andrea. Estos se conocieron por primera vez delante de la Catedral de Barcelona. Gerardo decidió acompañarla a casa porque era de noche e iba sola. Andrea prometió llamarle para salir con él y recorrer los rincones pintorescos de Barcelona.
Unos días más tarde, después del enfado con Ena, aunque Gerardo le pareciese un muchacho necio y feo, le apetecía distraerse. Entonces quedaron y se dirigieron por las pequeñas calles hacia el monte.
Iba callada a su lado. Cuando cruzábamos las calles él me cogía del brazo. Caminamos por la calle de Cortes hasta los jardines de la Exposición. Una vez allí me empecé a distraer porque la tarde estaba azul y resplandecía en las cúpulas del palacio y en las blancas cascadas de las fuentes. Multitud de flores primaverales cabeceaban al viento, lo invadían todo con su llama de colores. Nos perdimos por los senderos del parque inmenso. En una plazoleta -verde oscura por los recortados cipreses- vimos la estatua blanca de Venus reflejándose en el agua. Alguien le había pintado los labios de rojo groseramente. Gerardo y yo nos miramos, indignados, y en aquel momento me fue simpático. Mojó su pañuelo y con un impulso de su fuerte cuerpo subió a la estatua y estuvo frotando los labios de mármol hasta que quedaron limpios.
Fuimos hacia Miramar y nos acodamos en la terraza del restaurante para ver el Mediterráneo, que en el crepúsculo tenía reflejos de color de vino. El gran puerto parecía pequeño bajo nuestras miradas, que lo abarcaban a vista de pájaro. En las dársenas salían a la superficie los esqueletos oxidados de los buques hundidos en la guerra. A nuestra derecha yo adivinaba los cipreses del Cementerio del Sudoeste y casi el olor de melancolía frente al horizonte abierto del mar. (página 53)
Montjuic ha sufrido numerosos cambios en las últimas décadas, ha pasado de ser un lugar despoblado lleno de jardines y grandes espacios naturales a ser un sitio más urbano. Aun así, siempre conservando su encanto.
En la actualidad, se encuentra íntimamente relacionada con el deporte, debido a la gran cantidad de instalaciones deportivas que reúne.
En la montaña se encuentran diversas instalaciones olímpicas que acogieron los Juegos Olímpicos de Barcelona, como el Estadio Olímpico Lluís Companys, el Palau Sant Jordi, las Piscinas Bernat Picornell y la Piscina Municipal de Montjuic, mientras que en su falda se encuentra el antiguo Palacio de los Deportes de la calle Lleida, ahora reconvertido en el Barcelona Teatre Musical, que acoge espectáculos teatrales y musicales
Por último, es también un lugar ideal para el descanso y el paseo, debido a las grandes extensiones de jardines, y las espectaculares vistas que ofrece de la ciudad de Barcelona.